¿Sabes lo que son las Creencias y los Valores?
A través de nuestro sistema de Creencias y Valores damos significado al mundo que nos rodea. De ellos nacen nuestros pensamientos, sentimientos, decisiones y satisfacción personal.
Este sistema de creencias y valores lo vamos adquiriendo desde pequeños y a lo largo de nuestro aprendizaje y bagaje por la vida.
Creencias y valores no significan lo mismo.
En coaching, la creencia consciente o subconsciente, es la forma en la que veo el mundo, mi percepción de la realidad, mi convicción y mi verdad.
Tienen una poderosa influencia sobre nuestra conducta y afectan a nuestros valores y comportamiento.
Existen dos clases de creencias acerca de nosotros mismos: limitantes y potenciadoras.
Ejemplos de creencias potenciadoras:
- “Soy una persona muy organizada y disciplinada”
- “Aunque cometa errores, puedo aprender de los mismos y mejorar en todos mis ámbitos”.
Ejemplos de creencias limitantes:
- “No soy una persona creativa”.
- “En mi familia nadie ha hecho nada bien, yo tampoco”
- “Soy un bicho raro”
Con este tipo de declaraciones la persona se está “limitando” a generar ideas, proyectos o sugerencias que pueden enriquecer su vida y la de otros.
La buena noticia es que las creencias no son un concepto rígido y se pueden cambiar.
Puedes leer más aquí sobre cómo transformar creencias limitantes:
Los valores representan nuestros principios o normas por las que vivimos: la honradez, el respeto, la generosidad, la humildad, la determinación, la empatía.
Están relacionados con nuestra motivación. Son nuestra inspiración y el motor que nos hace funcionar.
Es vital conocer nuestros valores con el fin de que nuestro comportamiento y forma de vida estén alineados con ellos. Cuando logro vivir acorde con mis valores seré una persona más satisfecha y plena. Lo contrario, producirá insatisfacción, tristeza y desazón.
Los valores varían en función del individuo y se construyen en cada caso, de forma diferente según nuestra familia, vivencias, sociedad, país, raza, cultura, etc.
Te pongo algunos ejemplos:
- Para una persona la “familia” puede ocupar el primer puesto en su escala de valores, por tanto, cualquier acción que beneficie mi familia producirá en mí la suficiente fuerza como para llevarla a cabo: trabajar más horas para poder tener una economía estable que ayude al sostenimiento de mi hogar.
- Para otra persona “la satisfacción personal” será el número uno en su escala de valores. Por tanto sus acciones estarán condicionadas a lograr este fin: tener aseguradas sus vacaciones o un buen plan de pensiones.
Te propongo las siguientes preguntas para que, de forma pausada y reflexiva, respondas a ellas y vayas identificando algunos de tus valores.
- Lo que hago en mi familia, entorno y trabajo ¿me permite aportar parte de la cosecha de mis talentos y fortalezas?
- ¿Qué estoy aportando a la gente que más quiero?
- ¿Estoy priorizando valores, actividades u otras cuestiones que no están dentro de mi orden de prioridad?
- Si hoy muriera, ¿qué 3 cosas me gustaría que recordasen de mí las personas más importantes de mi vida?
- ¿Mi vida actual está acorde con estos tres aspectos del punto anterior? ¿Qué orden de prioridad tienen en el momento presente?
- ¿Cuánto tiempo al día debería dedicarle a esas 3 cuestiones?
- ¿Me he convertido en alguien que no me gusta? ¿Por qué?
- ¿Soy todo lo que puedo llegar a ser? ¿Qué me falta?
- De las cosas que hago durante la semana, ¿cuáles me hacen sentir más satisfecho?
- ¿Mi trabajo lo realizo con energía y fluidez, o me resulta cargante?
- ¿Qué es lo más emocionante de mi vida?
- ¿Cuándo lo experimento?
- ¿Qué emociones me produce?
- Si tuviera que resumir lo que he aprendido de mí mismo, relaciones y trabajo en los últimos 6 meses ¿Qué diría?
- ¿Cuál sería mi vida ideal?
- Describe tu “yo” ideal.
Si respondes a estas preguntas en un momento de tranquilidad y quietud, estoy segura que saldrán a relucir algunos de tus valores.
Espero haberte ayudado
Hasta pronto